El adolescente (parte 1): una especie particular

OCUPARSE DEL ADOLESCENTE, ENTRE OTRAS OCUPACIONES

Antes de hablar sobre cómo se comporta un adolescente y, más aún, de cómo pueden comportarse los padres, hay que hacer hincapié en que la vida familiar no gira solo en torno a él y que este hecho es sumamente importante si uno quiere comprender la situación de la que se parte y hasta qué punto puede cambiarse. En concreto, los padres realizan numerosas actividades que requieren de tiempo y energía. A su vez, estas actividades pueden ser fuente de estrés, cansancio o irritación. En definitiva, los recursos básicos con los que se enfrentan a problemáticas familiares, más complejas cuando incluyen hijos adolescentes, se ven mermados y condicionados por el resto de exigencias de la vida. Con todo esto pretende decirse que conviene rentabilizar los recursos, ¡que ya son escasos! Como veremos más adelante ¿Es una buena inversión iniciar una discusión con el adolescente o podría actuarse de una manera menos costosa y con mejores resultados?

RETRATO DEL ADOLESCENTE: ¿QUIÉN ES ESTE JOVEN Y DONDE ESTÁ MI PEQUEÑO?

Durante la adolescencia se producen numerosos cambios y a un ritmo muy acelerado. Los padres, testigos de la metamorfosis de su hijo, pueden sentirse a menudo desconcertados. Todos estos cambios van dirigidos a que el niño se transforme en un adulto. En el caso de los humanos, el tiempo que los hijos permanecen con sus padres es mayor que en cualquier otra especie. De hecho, los cambios sociales han repercutido en que este tiempo en el que el joven depende de su familia sea mayor en la actualidad que hace unos años. Aun así, en muchas ocasiones los adolescentes se sienten capaces de tomar las responsabilidades (y privilegios) de la edad adulta antes de que sus padres o la sociedad lo consideren oportuno. El resultado de esta “dependencia prolongada” es que los adolescentes pueden sentir cierto resentimiento hacia sus mayores así como percibir que éstos los menosprecian al coartar su grado de independencia.

Esquema del desarrollo del adolescente

 cambios

Cambios

Algunos lentos, otros casi instantáneos. Algunos emocionantes y otros desconcertantes/ preocupantes. Los cambios parecen avanzar y retroceder, dándose por partes y resultando un reto para la formación de una autoimagen estable en el adolescente.

 

Extravagancia

Para conseguir su identidad, los adolescentes  procuran ser lo más «diferente» posible a sus mayores (aunque similares entre ellos). Parecen disfrutar causando sorpresa o provocando miradas.

 

Distancia

Distanciarse de sus padres es inevitable y es parte de la ya descrita «carrera por la identidad propia». Esto significa que a menudo evitarán reuniones familiares, pasarán el menor tiempo posible en la mesa y en los espacios comunes. En muchos casos pasarán gran parte del tiempo fuera de casa o recluidos en sus habitaciones guardando con celo su privacidad.

 

Compañeros

El adolescente querrá pasar todo el tiempo posible con sus «colegas». En esta época la actividad social se vuelve prioritaria. Posiblemente no conozca a muchos de sus amigos o algunos no le guste. Cuando empieza la relación con el sexo opuesto, ésta se vuelve obsesiva y objeto de la máxima privacidad.

 

Inexperiencia

Una de las fuentes de emoción del adolescente es la percepción de que tiene ante si infinitas posibilidades. Esto significa que la mente del mismo se encuentra más llena de sueños que de experiencia. Por eso se dice que pasan gran parte del día soñando despiertos, imaginando su futuro en formas que pueden parecer inviables o absurdas para sus padres.

 

Conciencia de uno mismo

Los adolescentes pasan gran parte del tiempo concentrados en sus pensamientos y emociones, así como en sus actividades. Viven todo esto con gran intensidad sintiéndose a menudo como si estuvieran ante un público imaginario. Esto se traduce en una visión egocéntrica del mundo que convierte sus éxitos en algo maravilloso y asombroso (muestra de su potencial) y sus fracasos en una terrible muestra de su incompetencia.

 

Correr riesgos

Los adolescentes corren riesgos, experimentan y pueden llegar a ser peligrosamente creativos. Algunos de los riesgos se deben a una curiosidad natural y sana y otros pueden deberse a la visión egocéntrica (tener cualidades especiales que evitarán que se haga daño). Es uno de esos aspectos normales que hay que prestar atención.

MOLESTO… PERO NORMAL

Hasta ahora hemos hablado de los cambios de los adolescentes y porque se dan. Es necesario reconocer que como resultado de esto se dan a menudo problemas o conductas molestas. Una de las principales preocupaciones de los padres (especialmente aquellos que no tienen experiencia con adolescentes) es saber si aquello es normal o, hasta que punto lo es. Algunos ejemplos de conductas molestas pero normales son:

  • Largas charlas por teléfono/ chat
  • Vestimenta y aspecto
  • Desorden en su habitación
  • Preferencias musicales
  • Gramática
  • No salir con la familia
  • Actitud negativa intermitente
  • Hábitos de alimentación
  • Uso de la asignación
  • Uso de sus cosas
  • Olvido de las tareas

COMO SABER SI TIENE PROBLEMAS

Es difícil establecer un punto en el cual las conductas del adolescente pueden ser signos de problemas emocionales y no solo manifestaciones del proceso evolutivo normal. En general, un análisis de las distintas áreas debería mostrar que el adolescente con problemas tiene alteradas de forma significativa casi todas sus relaciones y actividades. Sin ánimo de generalizar, se presenta una tabla de ejemplo que diferencia los adolescentes problemáticos de aquellos competentes y corrientes.

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