Cuando empezamos con el blog, dedique tres entradas a explicar (lo más ameno posible) tres claves del funcionamiento humano: los pensamientos, las conductas y las emociones.
En el esfuerzo por esquematizar la información perdemos complejidad, matices… en definitiva: perdemos realidad. Pero esto es algo de lo que soy consciente y acepto. Ampliando un poco estos primeros artículos espero que el “puzzle del ser humano” gane en complejidad, se acerque más al “ser humano real”.
SER HUMANO, SER SOCIAL.
En el prólogo de un gran manual de referencia en psicología social (de Baron y Byrne) Philip Zimbardo sentencia:
Hemos demostrado el poder de las variables situacionales en la transformación del comportamiento, lo que difícilmente podía predecirse desde una simple comprensión del ‘interior’ del individuo (es decir, sus disposiciones heredadas o aprendidas).
CONDUCTAS DE MANADA
Una persona acaba el examen el primero. Sin nadie que le diga que hacer se levanta y coloca su examen boca abajo en el lado izquierdo del escritorio del profesor. En seguida se levantan otras dos personas (quizá hace minutos que habían acabado) y lo colocan en la misma posición. Si el primero sale de la sala, puede que los siguientes también. Si en su lugar vuelve al pupitre, es probable que los siguientes también se vuelvan a sentar. Acabamos de ver “nacer” una norma social.
A principios del siglo algunos psicólogos justificaban las transgresiones de la norma en las manifestaciones multitudinarias como masas “deshumanizadas” e “irracionales”. Más adelante Turner y Killian (1972) desarrollaron la teoría de la norma emergente para explicar el comportamiento en las multitudes.
MANADA CONGELADA
Madrugada en Nueva York. Una joven vuelve de su trabajo en un bar. Mientras cruza la calle un hombre se acerca y la ataca con un cuchillo. Ella grita pidiendo ayuda y varias luces de las ventanas se encienden. Algunas personas se asoman. El atacante se sobresalta y dispone a irse. Sin embargo se percata que las personas no hacen nada además de mirar. Vuelve y remata a su víctima ante la mirada de los vecinos.
Este suceso ocurrido en Nueva York el 13 de marzo de 1964 alzó gran revuelo mediático y sembró la investigación de las variables de la conducta prosocial (o conducta de ayuda). Si, reconozco que es el ejemplo más extremo de un fenómeno que todos reconocemos pero también es extraordinariamente claro.
Difusión de la responsabilidad o efecto espectador es el fenómeno mediante el cual la probabilidad de respuesta prosocial ante una emergencia se ve afectada por el número de espectadores presentes. A medida que aumenta el número de espectadores, la probabilidad de que alguno de ellos ayude disminuye y aumenta el tiempo que pasa antes de que se inicie la ayuda. Además, se da un segundo fenómeno denominado ignorancia pluralista el cual consiste en que, dado que ninguno de los espectadores sabe exactamente lo que ocurre, cada uno de ellos depende del ejemplo de los demás y, como resultado, nadie responde.
PASOS NECESARIOS PARA QUE SE DE LA RESPUESTA DE AYUDA EN UNA EMERGENCIA
EN RESUMEN
Además del mundo interno, el mundo externo ejerce una gran influencia en cómo nos comportamos. Aquí solo hemos presentado dos pequeños ejemplos: la norma emergente y la difusión de la responsabilidad. Pero la cosa no se queda ni de lejos aquí. ¿El entorno social afecta también en cómo pensamos? En próximas entradas veremos que sí, y mucho.
Bibliografía
- Baron, R.A. y Byrne, D. (2005). Psicología Social (10º Ed.). Madrid: Pearson Prentice Hall.
- Turner, R. y Killian, L.M. (1972). Collective Behavior. Englewood Cliff, NJ: Prentice Hall.