SI SABE MAL ES BUENO: EL EFECTO PLACEBO

placeboUna persona me planteó una vez esta reflexión: Si los jarabes para niños saben bien, ¿Por qué no hacen lo mismo con los jarabes para adultos? Yo no tenía la certeza en la respuesta que di pero sigo convencido de que es cierta: por puro márquetin.  Si sabe mal es bueno. Creencias de este tipo no solo afectan la elección de un producto sino que, como hace tiempo se sabe, pueden hacer que uno perciba mejoras que no se explican por el efecto químico de lo que nos estamos tomando.

QUE ES EL EFECTO PLACEBO

El efecto placebo es la mejora de una condición (mejor comparado con el no-tratamiento) cuando se está recibiendo un tratamiento  farmacológicamente no activo o un procedimiento que simula la practica terapéutica.

DESENMASCARANDO AL EFECTO PLACEBO

Normalmente se asocia al efecto placebo con un “engaño”. Dado que el placebo se ha desarrollado sobre todo en el diseño de ensayos clínicos con la cualidad añadida de “doble ciego” en la que ni el paciente ni el que administra el tratamiento conoce si es o no un tratamiento activo.

Sin embargo esto ha sido puesto en duda en los últimos años con publicaciones de estudios controlados como el de Kaptchuk et al. (2010) en el que se demuestra que pacientes con colon irritable mejoran recibiendo un placebo AUN SABIENDO QUE LO ES.

COMO FUNCIONA EL PLACEBO: EXPECTATIVAS + CONDICIONAMIENTO

La esperanza o creencia de mejora fomenta mejores resultados. Este sería, para muchos autores (Porto, 2011) el principal mecanismo que explicaría la potencia del efecto placebo. Tratamiento percibidos como más “potentes” tienen un efecto placebo más “potente” (inyectables más que orales, fármacos con nombre comercial más que genéricos) a la vez que la reputación del prescriptor (me lo recomienda un amigo, el farmacéutico, el médico, el especialista, etc.). Un factor decisivo en este mecanismo es que el paciente tiene que ser CONSCIENTE del resultado esperado.

El segundo mecanismo es el de condicionamiento clásico. Una persona que siempre ha mejorado con una pastilla experimentará una mejora al prescribírsele algo muy similar (aunque dentro haya un placebo). El condicionamiento de respuestas inmunológicas cuenta con evidencia empírica (Giang et al., 1996; Goebel et al., 2002; Kemeny et al., 2007; Longo et al, 1999; citados en Porto, 2011)

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USO ÉTICO DEL PLACEBO

Si el placebo es más eficaz que el no-tratamiento, ¿porque no utilizarlo? Algunos autores (Brody y Miller, 2011) opinan que la comprensión del efecto placebo así como su aceptación y uso terapéutico contribuye a fomentar un modelo médico más real que incluye la conexión mente-cuerpo.

Ahora bien, no todos los placebos son iguales o, mejor dicho, igualmente recomendables. Dado que se trata de alimentar creencias y expectativas siempre será recomendable aquellas que (1) tengan menos efectos secundarios y (2) que fomenten la autoeficacia y el modelo de salud bio-psico-social (y no el puramente biologicista). Por ejemplo, vacunas inertes o antibióticos pueden traer efectos no deseados, píldoras de azúcar o similares alimentan la tendencia a la sobre medicación y a la percepción de la salud fármaco-dependiente del paciente.

 

ALGUNOS APUNTES FINALES

Aunque en los últimos años se ha estudiado más el efecto placebo, seguramente aún estamos lejos de comprenderlo. Dentro de lo que se denomina efecto placebo se observan mecanismos psicológicos que no son ni desconocidos ni inespecíficos lo que seguramente llevará a reformular el constructo. Aún nos queda por saber cómo dichos  mecanismos difieren en cada caso o tratamiento concreto (aquí entrarían características del paciente, del profesional, de la interacción, etc.).

DOSIS FINAL DE PLACEBO

Lejos de desanimarnos podemos optar por una postura de esperanza y optimismo. Cuanto más siga el efecto placebo en el punto de mira de los investigadores, más secretos se desvelarán ayudándonos en la práctica clínica y en la comprensión del ser humano (o como mínimo, esta expectativa debería hacernos esperar mejores resultados ;))